Cuando no se cuenta con una abultada cartera de clientes, una de las principales preocupaciones es cómo hacer frente a la cuota de autónomo, el IRPF y el IVA. Si se descarta la opción B, la del mercado negro, hay una alternativa que se adapta a las necesidades de aquellos autónomos con ingresos esporádicos. Se trata de las cooperativas de trabajo asociado o de impulso empresarial.
Ambas figuras, reconocidas por la legislación laboral, ofrecen la posibilidad de cotizar a la Seguridad Social en el régimen general solo por los días efectivamente trabajados. El socio cooperativista puede acceder a la prestación por desempleo, así como al resto de derechos sociales (cobertura sanitaria, pensiones, entre otros).
No son solo una opción frente a la cuota de autónomos y ni mucho menos una forma de pagar menos a la Seguridad Social, insiste en aclarar Fermín Arias García Chica, fundador de Freelance, una de las pioneras en España. Estas entidades pueden definirse como un “paraguas” que proporciona la cobertura legal y fiscal necesaria para determinados profesionales. Por ello, además de la gestión de las facturas, ofrecen otros servicios como la asesoría legal, la formación o el acceso a microcréditos.
Fuente: Cinco Días.
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